Mujeres de la educación

 Pedagogía de Olga Cossettini 

Olga Cossettini 

 Google  dedica su ya tradicional 'doodle' a la maestra y pedagoga argentina Olga Cossettini, nacida en San Jorge, provincia de Santa Fe el 18 de agosto de 1898 . 
 
Junto con su hermana Leticia  dedicaron su vida personal y profesional a transformar la escuela pública tradicional. Desde 1935 y hasta 1950 en la escuela zona norte de Rosario marcaron el camino de la nueva educación centrada en el respeto al niño y a su capacidad creadora.  Experiencia pedagógica de tal calidad que aún en nuestros días es objeto de reconocimiento a nivel nacional e internacional. 
 
Sin maestros especializados y con escasos recursos consiguieron, en forma paulatina, ir cambiando el rígido sistema educativo de la época.  La música, la pintura, el modelado, los títeres, el laboratorio de ciencias, las excursiones por el barrio, una revista, la cooperativa de alumnos, la misiones culturales, la biblioteca escolar y pública, el consultorio odontológico, el control oftalmológico, el club de madres y la asociación de padres se integraron con armonía al quehacer cotidiano. 
 
Se evaluaba a los alumnos en base a sus logros, incentivándolos a la superación de manera cariñosa e individual, evitando la competencia. Los alumnos se movían dentro de la escuela con libertad, escribían y dibujaban con frescura y originalidad en sus cuadernos. 
 
La repercusión que tuvo a nivel local y nacional por la innovación pedagógica que proponían así como el modelo educativo planteado, en poco tiempo comenzó a molestar a los gobiernos de turno  “la escuela de la Señorita Olga” fue clausurada por orden ministerial en agosto de 1950. 
 

 
 

 
Una de las  frases  más conocidas de Olga resume el enorme trabajo de esta mujer para transformar la escuela: 
 
"El niño dibuja, pinta, escribe, canta y juega para expresar su alma, y necesita la libre expresión de su alma para que pueda crecer su ser y encaminarse hacia el equilibrio y la madurez del hombre". 
 
 
 

Historia de Rosario Vera Peñaloza, la maestra de la Patria. 

 

 
 

Rosario Vera Peñaloza, una destacada educadora argentina, quien fuera llamada por sus pares "la maestra de la Patria ", buscó a lo largo de su trayecto docente la coherencia entre la pedagogía y la práctica del aula con propuestas reformistas y novedosas. 
Su gran preocupación, la educación de la primera infancia y la formación del docente, hicieron que el Nivel Inicial considerara a la fecha de su fallecimiento, el 28 de mayo, como el día de los Jardines de Infantes. 

 

Rosario Vera Peñaloza nació el 25 de diciembre de 1873 en un pueblo de La Rioja llamado Atiles. Sus padres fallecieron siendo ella muy pequeña, por lo que quedó al cuidado de su tía materna, quien le enseñó las primeras letras. Estudió en San Juan, La Rioja y Paraná, donde finalizó el profesorado en 1894 y obtuvo el título Superior de Enseñanza. Además estudió trabajo manual, dibujo y pintura, modelado, tejido de telares, corte y confección, grabado, ejercicios físicos y artes decorativas. 
 
Su enorme amor por el aprendizaje fue el mismo que la llevó a dedicar toda su vida a la enseñanza. 
 
En 1900 fundó el primer jardín de infantes en La Rioja , como anexo a la Escuela Normal de La Rioja. Luego haría lo propio en Córdoba, Buenos Aires y Paraná, y comenzó a estudiar planes y elaborar programas de educación preescolar. 
 
En 1931, el Consejo Nacional de Educación le encargó la formación del Primer Museo Argentino para la Escuela Primaria, que aún funciona en Buenos Aires. 
Agregó a las salas del Museo elementos regionales como preparación de dulces, trenzados, danzas folklóricas, instrumentos musicales autóctonos. 
Hoy el Museo, se halla organizado en 12 salas, en el primer piso del Instituto Bernasconi, en él se exponen materiales creados y elaborados personalmente por Rosario Vera Peñaloza. 
 
Su brillante trayectoria la llevó a ocupar vicedirecciones y direcciones, en Escuelas Normales de La Rioja, Córdoba y Capital Federal, ascendiendo meritoriamente a la supervisión de enseñanza secundaria, normal y especial. También  recorrió el país impulsando la enseñanza popular y dictando conferencias y cursos para transmitir la utilización de las nuevas técnicas y para fundar bibliotecas. 

Sin lugar a dudas, el avance de los jardines de infantes en la Argentina se debió al impulso dado por Rosario Vera Peñalosa junto al grupo de maestras que la acompañaban. 
No sólo fue difusora de los principios de Froebel y Montessori, sino que se dedicó a estudiarlos, compararlos y adaptarlos a la realidad argentina. Logró ensamblar la rigidez montessoriana con el excesivo simbolismo froebeliano. 
 
Sus principales postulados fueron: la actividad creadora, lograr el conocimiento a través del juego y de la exploración, la agudización de los sentidos, la expresión oral a través de la narración creativa de los niños y de la literatura infantil, el uso de las manos como herramientas creadoras. 
 
Para Rosario Vera Peñaloza, el juego en el jardín de infantes adquiere un valor de estrategia casi excluyente y lo confirma cuando dice : “ ...es así como trabajamos aunque parezca que jugamos”. 
 
Consideró a la infancia como el tiempo por excelencia para la formación de los seres humanos, pensando más en el presente de esa infancia y convencida que ello brindaría instrumentos para afrontar dificultades futuras. Reconocía el valor del juego y la libertad como promotor del ocio creador. 
 
Sus grandes obsesiones: La Reforma Escolar Argentina, los Jardines de Infantes y La Formación Docente consumieron su vida de investigación y práctica, ensamblando la ciencia y el espíritu desde la sagacidad analítica que caracterizó su pensamiento. 
 
Su obra escrita se encuentra en: "El hombre que rehusó el Olimpo", "Los hijos del sol", "Historia de la Tierra", "Un viaje accidentado", "Cuentos y Poemas" y "Pensamientos breves sobre juegos educativos". 
 
Cuando cumplió las bodas de oro (50 años) como docente, sus colegas, alumnos, ex alumnos y amigos (de nuestro país y de los países vecinos) le ofrecieron un gran homenaje y le regalaron un libro con dedicatorias y firmas encabezado con el siguiente texto: "A Rosario Vera Peñaloza, espíritu superior, noble y generoso, mujer abnegada y educadora ejemplar, que se ha dado y se da por entero a la educación sin reparar en sacrificios y sin esperar recompensa". 
 

 
 

 El 28 de mayo de 1950 falleció, a los 77 años. En su homenaje, esa fecha fue declarada Día Nacional de los Jardines de Infantes...* 
 

 
 

¡Bienhaiga! niña Rosario 

todos los hijos que tiene, 

¡millones de argentinitos 

vestidos como de nieve! 

¡millones de argentinitos 

vestidos como de nieve! 

Con manos sucias de tiza 

siembras semillas de letras 

y crecen abecedarios 

pacientemente maestra. 

Yo sé los sueños que sueñas 

Rosarito Vera, tu vocación, 

pide una ronda de blancos delantales 

frente al misterio del pizarrón. 

Tu oficio, que lindo oficio 

magia del pueblo en las aulas. 

Milagro de alfarería 

sonrisa de la mañana. 

Palotes, sumas y restas 

tus armas son, maestrita, 

ganando mansas batallas 

ganándolas día a día. 

 
 

Rosarito Vera, Maestra. 

 Letra: Félix Luna 

Música Ariel Ramírez. 

 
 

 
 
 
 

Aclaración 
Esa es la fecha que tomó la U.N.A.D.E.N.I (Unión Nacional de Educadores del Nivel Inicial) en el Congreso realizado en Santa Fe en 1972 para conmemorar, en su honor el “Día Nacional de los Jardines de Infantes”. 
La idea surge de un grupo comprometido de "jardineras" y con el transcurso de los años se institucionalizó y se incorporó a los calendarios escolares desde la realidad aúlica pero no desde las normativas.- 
Aun hoy las normativas vigentes en los ámbitos nacionales no la tienen instituida como fecha y tampoco esta normada en ámbitos provinciales.- 
 
 
 

Rosarito V. Peñaloza "La Maestra de la Patria llega al jardín" 

 
 

 
Para seguir leyendo: 

 

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